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El Año Nuevo Amazigh

Es difícil comenzar un proyecto como este, precisar con que información vamos a abrir, a partir de la cual se va a empezar a definir nuestro estilo, nuestras intenciones, nuestros deseos.
Pensando en esto nos dimos cuenta que era lo que acababa de pasar en gran parte del mundo con el cambio de año, el año nuevo nos pone en la encrucijada del cambio, ante los deseos de mejora y las ilusiones, ante las oportunidades que se abren...y entramos con un poco de miedo a meter la pata, a equivocarnos, a no dar los pasos adecuados. Porque, por mucho que nos hayan vendido que lo importante es cómo se termina no cómo se empieza, sabemos que un buen comienzo facilita el camino y que el camino va a ser lo importante.

El año nuevo, occidente ha entrado en un nuevo año, 2020, el 01 de Enero es su primer día, la primera oportunidad, y normalmente no llegamos muy lucidos después de la gran despedida que le proferimos al año que terminó ayer.

Pero no en todo el mundo se ha cambiado de año, en otras culturas en otros lugares, en otras orillas seguimos en el pasado, en el año anterior, y además en un año completamente distinto.
En la fecha de hoy estamos en el 2020 de la era Cristiana, 1441 de la Héjira, 4717 según la cultura China, 1942 de la Diwali según los hindús y el 2969 según la cultura Amazigh (Bereber)... hebreos, budistas....y otras culturas viven en años, en eras distintas.

Y por qué estas diferencia, cada cultura empezó a medir el tiempo a partir de un acontecimiento primordial para ella, en su sociedad, que marco un antes y un después: En la cultura occidental el nacimiento de Jesús, en el mundo Islámico la creación por parte del profeta de la Ummah, en la cultura Amazigh el ascenso al trono de Egipto del primer Faraón de sangre Amazigh, dinastía XXII, Shesshong I. Cada cultura con su inicio, con su por qué.

El día 13  de Enero del 2020, según occidente, en Marruecos, en la cultura Amazigh entraremos  en el año 2970. El Yennayyer, que así se llama, al ser una festividad coincidente con el cambio de estación, en una cultura eminentemente agrícola y ganadera,  cuando se acaba de iniciar el  solsticio de invierno, época de escasez y penurias, se celebra con una comida abundante en familia, queriendo iniciar bien y mostrando cómo se quiere seguir.
Os suena, las fiestas que están a punto de terminar en occidente, están marcadas también por la abundancia  en la mesa, al ser también, unas fiestas marcadas por su origen pagano, de agradecimiento de los frutos recibidos y deseo de que duren hasta la primavera.

En el pueblo Amazigh (Bereber) no se le da mucha importancia al cambio de ciclo, al cambio de año, los que estéis  de viaje por estas tierras en estas fechas no veréis adornos por las calles, ni el comercio volcado en la festividad, ni habrá vacaciones en los colegios....

Somos un pueblo sencillo, libre de ataduras consumistas, todavía, que celebra cada día porque es único, porque seguimos recordando que lo importante es el camino, las experiencias que vivas, las personas que conozcas, lo que aprendas, lo que des y lo que recibas...